Lisandro Marquez Una Brillante Presentación de Reflejos

LA EXPRESIÓN DE LA MÍSTICA DEL CORAZÓN 

El pasado 15 de julio se llevo a cabo la presentación oficial de la nueva pieza discográfica de Lisandro Marquez , ante un Forja colmado. 

Fuerza interior de la que fluye la creatividad el motor actualizante de la percepción del desarrollo, arte de la transformación del ser, es la transmutación, es el proceso de mejora, logrado de grado en grado de comprensión en comprensión, elevando su vibración paso a paso, hacia un nivel más nítido. Esquemas que contribuirán inexorablemente a la promoción de la paz, el progreso, la armonía y el bienestar.

                                        

Se dice que al conectarse consigo mismo y encontrar esa plenitud interior, da sentido de realidad a los sucesos o estímulos que llegan del entorno, se logra expandir la conciencia y desarrollar aun más la capacidad de amar, todo lo cual se manifiesta en una medida más amplia y profunda en la vida. Tornándose como la unidad de la totalidad o la perfección del momento presente, con una frecuencia vibratoria más elevada desarrollando una herramienta transformadora, donde por ende las respuestas son de igual de armoniosas y se expande progresivamente incrementando el potencial creativo, claridad y determinación . “Reflejos” demuestra la eminente evolución de este eximio artista mediante un espectáculo sin fisura alguna, junto a una escenografía, una atmosfera que acompañaba cada pasaje del show con un juego de luces que recorrían todo el complejo transportando al público presente, desplegando todo su histrionismo de forma magistral, brindando un concierto inolvidable sonando sus producciones “Impulso Vital” e “Identidad” además de realizar un repaso por sus clásicas y representativas canciones de su extenso repertorio.

Lisandro Márquez interprete con identidad propia, que provoca magnetismo y fascinación, una vez más dejo asentado su calidad musical.  Así fue la presentación de “Reflejos”

Material fotográfico gentileza de Soledad Almada / Verónica Ruarte