Cecilia de Roma , Dia internacional de la música

 22 de noviembre: Santa Cecilia, la patrona de los músicos

La fecha conmemora la muerte de Santa Cecilia, mártir cristiana a quien el Papa Gregorio XIII la declaró Patrona de los Músicos, en 1584.

 


Las primeras celebraciones se remontan al Edimburgo de 1695, luego se unieron Alemania, España y Francia. En América Latina, fue Brasil, el pionero en celebrar una fiesta el 22 de noviembre, comenzando entre 1919 o 1920, y extendiéndose al resto de los países iberoamericanos.

¿Cómo llegó esta mártir romana a convertirse en la patrona de la música?

La mujer, de origen romano, decidió abandonar la religión pagana para convertirse al cristianismo, junto a su esposo, Valerio. Razón por la cual fue torturada, entre los años 180 y 230. Y en 1594 fue el papa Gregorio XIII quien la nombro patrona de los músicos porque ella siempre había mostrado interés por los instrumentos.

Se dice que el día de su matrimonio, mientras los músicos tocaban, ella cantaba y rogaba a Dios en su corazón, porque le había consagrado su virginidad. (Es importante recordar que ella no deseaba casarse).

Cecilia pertenecía a una familia patricia de Roma y fue educada en la fe cristiana. Tras consagrar su virginidad a Jesucristo, solía llevar un vestido de tela áspera bajo la túnica. Sin embargo, su padre decidió casarla con el joven Valeriano. Luego, de la celebración del matrimonio, la pareja se había retirado a la cámara nupcial, Cecilia dijo a Valeriano que ella había entregado su virginidad a Dios y que un ángel celosamente guardaba su cuerpo; por consiguiente, Valeriano debía tener el cuidado de no violar su virginidad. Valeriano pidió ver al ángel, después de lo cual Cecilia lo envió junto a la tercera piedra miliaria de la vía Apia, donde debía encontrarse con el papa Urbano. Valeriano obedeció y fue al encuentro de Urbano, el papa lo bautizó y Valeriano regresó como cristiano ante Cecilia. Entonces se apareció un ángel a los dos y los coronó como esposos con rosas y azucenas. Cuando Tiburcio, el hermano de Valeriano, se acercó a ellos, también fue convertido al cristianismo y a partir de entonces vivió con ellos en la misma casa, en completa pureza. El prefecto Turcio Almaquio condenó a ambos hermanos a la muerte. El funcionario del prefecto, Máximo, fue designado para ejecutar la sentencia. Pero se convirtió al cristianismo y sufrió el martirio con los dos hermanos. Cecilia enterró sus restos en una tumba cristiana. Luego la propia Cecilia fue buscada por los funcionarios del prefecto. Fue condenada a morir ahogada en el baño de su propia casa. Como sobrevivió, la pusieron en un recipiente con agua hirviendo, pero también permaneció ilesa en el ardiente cuarto. Por eso el prefecto decidió que la degollaran allí mismo. El ejecutor dejó caer su espada tres veces, pero no pudo separar la cabeza del tronco. Huyó, dejando a la virgen bañada en su propia sangre. Cecilia vivió tres días más, dio limosnas a los pobres y dispuso que después de su muerte su casa debía dedicarse como templo. El papa Urbano I la enterró en la catacumba del papa Calixto I (155-222), donde se sepultaba a los obispos y a los confesores.

Cabe resaltar como curiosidad que es considerada también la patrona de los poetas. En honor a ella, un importante movimiento de renovación de la música sacra católica de finales del siglo XIX recibió el nombre de cecilianismo.

Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música. Ya tenía una amplia veneración y reconocimiento por parte de la comunidad cristiana en el siglo IV de nuestra era, y posteriormente se la ha conmemorado tanto en Oriente como en Occidente.

Pasaron más de mil años para que Cecilia fuera proclamada patrona de la música. En 1594, el papa Gregorio XIII la canonizó y le dio oficialmente el nombramiento, por haber demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos. Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música

Con los siglos, la figura de Cecilia permaneció venerada por la Humanidad con ese padrinazgo. El 22 de noviembre, señalado por la tradición como el «día de su muerte» (o «día de su nacimiento», significando «para la eternidad»), fue adoptado en muchos países como el «Día de la Música».

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